20 julio 2012

Camping

El fin de semana pasado me fui de camping a la isla municipio de Vieques con unas amistades a celebrar nuestras vacaciones, que acababan de empezar. Esto no será un post muy largo de bestialidades boricuas, ya que la gran mayoría de éstas se concentraron ese fin de semana ( y se concentran siempre), en la isla de Culebra. Si usted ha viajado a Culebra para hacer camping en cualquier día del año, usted sabe de lo que hablo.
Precisamente la tranquilidad de Vieques en comparación con la de Culebra fue lo que nos impulsó a tomar la decisión de irnos al antiguo territorio de la marina estadounidense. Los Boricuas Bestiales, however, hacían orilla.
El Puerto.
Llegando a las 7:30 a.m., ya la fila de guaynabitos con gafas y crocs llegaba a una milla casi. Las cajas de medalla corrían ante mis ojos como un maldito buffet de almuerzo. En espera, en el terminal, un oficial nos dice que la salida es la 4, así que muy pacientemente, nos espotiamos cerca. A los 30 minutos grita una parcelera, erm, empleada, “¡VIEQUES SALIDA 6!”. ¿Dónde estaba la salida 6? EN LA PUÑETA, ahí estaba. Empezamos a movernos, y ya íbamos a mitad de fila, cuando vemos un grupo de gente corriendo hacia la salida cuatro. Nosotros, de presenta’os, obviamente teníamos que salir corriendo para donde estaba corriendo todo el mundo. Después de todo, como buen boricua, hay que seguir el lema “monkey see, monkey do”. Cuando llegamos a la puerta, nos recibe un oficial con una sonrisa diciendo “No no, por aquí es para residentes”.
Yo: Ah ok, perdone... (kbaskjcbwejbvcjhlwbecebwdcv!!2@#$%)
Mi amigo Josh trató de meterle la feca de que su tío vivía en Monte Carmelo y nos estaba esperando, pero el viejo parece que sabía más que nosotros. Finalmente, a las 10 (30 minutos más tarde de lo que dijeron) salió el ferry para el puerto de Isabel II.
El Ferry.
No hicimos nada más que sentarnos, y el típico corillo de borrachones con las dos o tres mujeres cueronas que siempre los acompañan se sentó al frente y nos sirvieron de entretenimiento todo el viaje. Ustedes saben:
Caco1: Meremeremeremere
Caco2: Ahhhhhhhh noo daleeeeeee, dale, dale
Cacos 1-5: EEEEEEEEEEEEEEEFUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH. Aaaaaaaajajajajajajajaj
Y así, consecutivamente, sin ningún tipo de sentido. Inserte aquí y allá una Coors, un gistro estirao, unas trenzas y unos cuantos blinblines.
Campsite.
¿Qué puedo decir? Hermoso. Con el campamento totalmente vacío, nos tardamos bastante en decidir un lugar donde poner las casetas. Después de ponerlas, respiramos hondo y observamos el bello paisaje de la playa. Una hora más tarde, llegaron los pasajeros del ferry de las 3, y el campamento se llenó de reggaetón, nenes jodiendo y corriendo y un vecino nativo: FUCKING HORMIGAS. Estas hormigas estaban tan cabronas, que se metieron ADENTRO de la nevera que se supone que tenga un sellado fuerte p[ara que no entre el calor. El chorro de las duchas más cercanas era, digamos, tan fuerte como el chorro de un perro orinando. Las otras duchas, con una presión mayor, eran el entretenimiento de todos cerca y tenían una fila pero que la de la oficina de pasaportes.
Nuestros vecinos más cercanos, se inventaron un juego muy nítido. Consistía en llevarse la nevera llena de Medallas a la playa y que cada uno tomara una. Al terminar, todos las llenaban de agua y las tiraban a la orilla lo más lejos posible. El que se quedara más corto tenía que recogerlas y traerles más cerveza a los demás. Sin relajo, estuvieron como dos horas en esas.
Después de pagarle $3 al chofer para un viaje de 5 minutos al puerto, nos despedimos de la isla, hasta la próxima. Cogimos el ferry de carga, y por dos horas, todo se sentía tan tranquilo.
Hasta que estábamos por llegar.
¡Cómo corren los chismes! Empezó la gente a murmurar que el ferry que salió antes de nosotros tenía la computadora dañada y no cogió el comando de parar, y lo que hizo fue acelerar. La capitana trató de manejar la situación pero chocaron con un barco de carga en el puerto. A todas estas yo no vi a nadie de los que estábamos sentados juntos con un celular, parece que esto de los bochinches es una facultad ya casi mental que se desarrolla con el tiempo y la experiencia. Ahora digo yo, ni en un chavau ferry uno está a salvo de un choque. Y si estas en la orilla, te cae un barco encima. Aquél ferry se estrelló, y los de Cataño están dañaos. Pero eso es otro tema.
PS. Y como buenos boricuas bestiales, no, no pagamos nuestros $10 de caseta por día.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como es eso de que no pagaron? ahi no hay nadie que se encargue de cobrar?

Motro dijo...

Aja....

Anónimo dijo...

Me gusto lo de las medallas...parece entretenido.

Mrs. Doe dijo...

Hehehe, que nice ...al menos se fueron sin pagar. Lo de las medallas ta' bien wierd, mano ... pero sí sounds funny como dice Joha.